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Hablemos del dolor en los pezones durante la lactancia

Hablemos del dolor en los pezones durante la lactancia

Hablemos del dolor en los pezones durante la etapa de la lactancia, para empezar debes saber que no te hace ni la peor mamá del mundo, ni la única mujer en la historia que se habrá quejado de esta molestia mientras alimenta a su bebé.   Debemos saber separar los temas, el hecho de sentir alguna molestia mientras amamantas no quiere decir que no ames a tu bebé o que estes siendo mala madre en la ejecución de esta etapa, quiere decir que eres una mujer de carne y hueso que a pesar del amor que le tienes a tu bebé, tu cuerpo puede mostrar dolor por ciertas actividades.   Normalicemos que lo expreses cuando lo sientas y veamos que puedes hacer al respecto. El dolor de pezones es frecuente durante la lactancia. Pero la lactancia en sí, no debería causarte dolor. Es decir la piel de tu pezón no debe agrietarse más de lo que debería hacerlo la piel de cualquier otra parte del cuerpo.   Si pudiera decirte hasta que nivel es “normal” el dolor, te diría que este debe ser leve y también seguramente aumentará la sensibilidad en las primeras dos semanas de la lactancia, pero luego, debería desaparecer. En mi experiencia te diré que descubrí que cuando mi bebé se “pegaba” a mi pecho y succionaba de una forma incorrecta, era cuando me causaba más molestia, e inlcuso mis pezones o las areolas se sientían como si tuviera un moretón, se enrojecian hasta parecer carne viva, con ampollas o grietas.   Consultando a mi doctor, me explicó que si hay enrojecimiento, ardor o mucha hinchazón en los pezones luego de semanas o meses de estar amamantando sin dolor, es posible que se deba a una reacción alérgica o un tipo de infección, causada por hongos, llamada candidiasis. Si detectas este tipo de reacción, necesitarás consultar a tu médico para iniciar tu tratamiento.   Algunas otras causas podrían ser: Una postura inadecuada. Problemas para prenderse. Salida de la leche deficiente. Pezones invertidos. Retirar la boca del bebé del pecho sin deshacer antes la succión.   Te comparto algunas recomendaciones para disminuir esta molestia. Mantén tus pezones hidratados con los productos adecuados para esta zona. Usar S.O.S Pezones te ayudará sin afectar tu procesos de lactancia. Usa un sostén y ropa con tela amigable con la zona y de ser necesario que sea holgada para evitar el roce o la presión. Si usas máquina saca leche es importante que la mantegas limpia y seca para evitar posibles infecciones. Deja que se le seque algo de leche en los pezones. La leche materna contiene suavizantes naturales para la piel y anticuerpos para combatir infecciones. Permite que tus pezones se sequen al aire después de cada toma. Humedecer tu pezón ayuda a despegar la ropa que se haya adherido. Puedes intentar colocarte protectores mamarios dentro de tu brassiere para impedir el contacto entre la ropa y los pezones. Trata de cambiar de posición cada vez que amamantas para no saturar un solo lado de esta actividad.   Es importante que tomes en cuenta que esta zona será una de las más sensibles durante la etapa de lactancia, por lo que, los cuidados, productos y hábitos debe ser una decisión que tomes de la mano de tu doctor.   Por eso la recomendación que siempre te hacemos es que consultes a tu médico y que conozcas los ingredientes de los productos que decidas usar.

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¿Cómo prevenir y atenuar la manchas en el embarazo?

¿Cómo prevenir y atenuar la manchas en el embarazo?

¿Durante el embarazo notaste algunas manchitas nuevas en tu rostro? Este es el comunmente conocido “paño” que aparece a partir del cuarto mes del embarazo. Se conoce que aproximadamente el 70% de las mujeres desarrollan manchas llamadas cloasma o melasma gestacional, que se ven como manchitas de un tono más oscuro que el resto de tu piel. A continuación te explicamos qué es, cuáles son sus causas y cómo prevenirlo o tratarlo.   Es una alteración de la pigmentación cutánea que afecta a mujeres embarazadas, sobre todo en el rostro. Como consecuencia de este aumento de la melanina, se originan manchas irregulares en la frente, mejillas y zona del labio superior. Es importante que sepas que aunque resultan antiestéticas, no suponen ningún problema de salud. La aparición del “paño de embarazo” no tiene una causa concreta. Sin embargo los doctores afirman que los cambios hormonales influyen decisivamente (predisposición genética, la excesiva exposición al sol y el aumento de la melanina).   Antes durante y después del embarazo, es importante tener una rutina constante para el cuidado de tu piel.   Lo mejor que puedes hacer es evitar la exposición al sol de manera directa y usar protector solar con un alto factor de protección. Otras medidas que puedes tomar es usar lentes de sol que cuenten con protección contra los rayos UV, y si lo consideras necesario un sombrero o gorro que cubra tu cara y cuello. Cómo se explica anteriormente, existe un riesgo en cuanto a la aparición de paño en el embarazo, por el aumento de la melanina.  Pero no te preocupes, pues una buena fórmula te ayudará a ir atenuando las manchitas hasta desaparecerlas. Recuerda que en el cuidado de piel y sobretodo durante el embarazo es muy importante que tengas en cuenta que ingredientes contienen los productos que consumas o te apliques. En Mamita Linda hemos creado Glorioso, un gel muy ligero que ayuda a atenuar paño y a aclarar el tono de la piel. Contiene ingredientes 100% naturales como Baba de caracol (cruelty free), Limón y Aloe Vera.  Aplícalo por las noches directo en las zonas con manchas y paño y notarás cambios increíbles. Te aconsejamos acudir a tu dermatólogo. Este profesional te indicará el tratamiento que necesitas según el tipo de mancha que tengas. Y no olvides seguir cuidando tu piel tanto en los meses de gestación como después del parto.

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¿Es normal que se me caiga el cabello en el postparto?

¿Es normal que se me caiga el cabello en el postparto?

  Seguramente ya notaste que a partir de la cuarta semana aproximadamente tu cabello comenzó a caerse bruscamente y en algunos casos de forma masiva.   Tranquila puede ser que este proceso dure unas 16 semanas y poco a poco tu cabello volverá a la normalidad. No te desesperes y no tomes medidas drásticas. Aquí te compartimos por qué pasa esto y como puedes tratarlo. Primero que nada es importante que entendamos por qué es común que esto pase. La principal causa es hormonal (como casi todo en el cuerpo de la mujer) y el segundo factor que pocas saben es que el cabello no es siempre el mismo. Cada cabello vive entre dos y seis años, cumple con un patrón de vida capilar que es cíclico. Primero un periodo de crecimiento masivo, luego un periodo de reposo o estancamiento y por último un periodo de caída. Lo que sucede en el embarazo, es que este patrón se altera por el aumento de estrógenos y hormonas tiroideas que se produce en la gestación, estancando este ciclo en la etapa de crecimiento. Después del nacimiento de tu bebé, la mayoría de las hormonas vuelven a la normalidad y esto hace que el cabello que no se te había caído durante el embarazo, porque estaba detenido en fase de crecimiento, se te caiga de golpe. Para que te des una idea, lo normal es perder entre 50 y 150 cabellos al día, en el postparto puedes llegar a triplicar esta cifra. Además de estos factores (que son los más comunes) pueden presentarse situaciones típicas en el postparto que también pudieran influir en la caída del cabello. Por un lado, la pérdida de sangre que se produce durante el parto, ya que perder sangre quiere decir perder hierro, y por lo tanto tener menos hemoglobina, que es la proteína que se encarga de transportar el oxígeno al folículo piloso a través de la sangre, al disminuir esta proteína, tu cabello automáticamente está menos nutrido y se cae.  Por último no podemos dejar fuera el factor -estrés- que es totalmente natural ahora que adquiriste la responsabilidad de ser mamá, aunado al cansancio y la descompensación en tus horas de sueño, tu estado emocional podría verse afectado, provocando que tu cabello se desprenda con mayor facilidad. Se cree que lactancia también podría ser responsable de esta pérdida, sin embargo se ha comprobado que este es solo un mito más de tantos que rodean a esta etapa.   Primeramente es importante que estes consciente de que no puedes hacer nada para saltarte esta etapa, pero lo que si puedes hacer, es cuidar tu cabello para que te afecte lo menos posible.   Una buena forma de empezar es cuidando tu alimentación. Recuerda que tu bulbo capilar se nutre de las vitaminas y minerales y estos le llegan a través de la sangre, por lo que una alimentación sana y equilibrada, rica en frutas y verduras no solo tendrá beneficios para tu cabello en el postparto, sino también para tu salud en general. Se sugiere agregar complejos vitamínicos especiales para fortalecer el cabello, pero como siempre te recomendamos, debes consultar con tu médico antes si son compatibles con la lactancia materna en el caso de que estés amamantando. Otro consejo muy valioso es evitar el uso de secadora, planca o tenaza, así como cualquier tratamiento agresivo como las permanentes o tintes, utiliza un shampoo suave con ph neutro. También puedes implementar que estimulen el crecimiento, nutran la raíz, y protejan tu melena, además de ayudarte a recuperar lo perdido de forma más rápida. En Mamita Linda tenemos Melena Melena que es un activador de crecimiento capilar hecho con ingredientes 100% naturales y puros. Con extracto de romero y aceites de lavanda, limón y romero.     Lo importante de este tema es que comprendas que es una situación normal y sobre todo pasajera, sobretodo que recuerdes esto cada vez que te puedas llegar a desesperar. Si no notas que esta pérdida disminuya o se frene, es importante que lo consultes con un especialista para que descarte si existe algún otro problema.

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¿Cómo extraer y conservar la leche materna?

¿Cómo extraer y conservar la leche materna?

Sabemos que la lactancia es uno de los temas más importantes tanto para ti como mamá como para tu bebé. Es bien sabido que el hecho de que tu amamantes a tu bebé, supone múltiples beneficios ambos. Para tu bebé es una de sus primeras formas de desarrollar su sistema inmunológico, e incluso hasta prevenir sus primeras alergias.  Por diferentes razones, el acto de amamantar puede que no siempre siempre sea una tarea naturalmente fácil para algunas mamás, por y para ellas es que la extracción de leche materna se ha convertido una excelente alternativa para alimentar al bebé.  Además de ser una buena opción para cuando las mamás necesitan despegarse de su bebé por cuestión de trabajo, viajes, compromisos o incluso de complicaciones en su recuperación.    ¿Cómo extraer leche materna? Primero que nada es importante que sepas que este proceso puede ser de forma manual o con ayuda de un “saca leche”. Ahora que ya decidiste cuál será tu proceso, es necesario que laves muy bien tus manos. Si lo harás de forma manual, aquí te decimos en forma general como hacerlo.  Debes masajear el pecho con las puntas de los dedos hacia la areola y colocarlos sobre el pezón en forma de C. Posteriormente, haces presión hacia las paredes del seno y repites este movimiento hasta lograr la extracción. Por otro lado si decidiste utilizar un extractor, puedes optar por los de succión eléctrica o manual. Lo primero es escoger la copa adecuada, para comprar tu medida ideal, debes medir el pezón de extremo a extremo y sumarle unos 2 milímetros. Una vez que tengas tu equipo en casa, deberás presionar la parte superior o lateral del pecho para un mejor ajuste. Lo mejor de estos equipos es que ellos se encargan de hacer todo el trabajo, lo único que deberás hacer al finalizar la extracción es asegurarte manualmente de que has terminado el proceso con ambos pechos. Te recomendamos que para que la extracción sea más cómoda para ti, te encuentres sentada en una posición y sillón cómodos.     ¿Cómo conservar la leche materna? Seguramente ya investigaste qué es lo que hace tan especial a la leche materna, entonces ya sabrás que esta posee anticuerpos que protegen al bebé de enfermedades, le proporciona proteínas, vitaminas y minerales para su crecimiento y desarrollo. ·Y si a todo esto, le sumas que no para todas es tan sencillo juntar la onza de cada comida, la leche materna es un tesoro, cada gota cuenta. Por ello, es importante aprender cómo conservarla. Te recomendamos que utilices envases que previamente hayan sido lavados con agua caliente y jabón. Trata de etiquetar los recipientes con la cantidad que contiene y la fecha de extracción; Así puedes irla usando según la fecha más antigua. Para evitar su desperdicio, debes almacenarla en pequeñas porciones. Asegúrate de cerrar perfectamente el envase luego de introducir la leche. Evita tocar el interior del recipiente para prevenir la contaminación de la leche o el intercambio de bacterias.  Si tu cuerpo comienza a presentar molestias, cortadas, dolores, inflamación o simplemente la desaparición de tu leche, primero que nada consulta siempre a tu doctor y asegúrate de tener y usar los productos indicados. Y ten presente que a pesar de la importancia de la lactancia para los vínculos entre tú y tu bebé, cada cuerpo es distinto. Trata de olvidarte de las creencias y mitos que giran en torno a este tema. Reconoce tu situación, y si en tu caso, tienes limitaciones para amamantar, o debes regresar a tu trabajo, etc., aprovecha las alternativas que actualmente existen para poder seguirle ofreciendo una sana nutrición a tu bebé.  

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¿Cuándo y cómo dejar de dar el pecho?

¿Cuándo y cómo dejar de dar el pecho?

Una vez que lograste vivir esta añorada etapa con tu bebé, empezarán a invadirte preguntas como, ¿durante cuánto tiempo debo alimentarlo yo? ¿Será que 5 meses es suficiente? ¿Me esperaré al año? O ¿será mejor hasta que mi bebé rechace mi leche?   (Organización Mundial de la Salud) Y algunos otros organismos sanitarios recomiendan que los bebés se alimenten exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida, y que después sigan consumiendo la leche de su madre junto con otros alimentos, hasta que alcancen, como mínimo, los dos años de edad.   El motivo de esto, es que la leche materna no solo es un alimento, sino que también sirve como calmante natural para el bebé, además de esto, contiene componentes que refuerzan su sistema inmunitario. Los antropólogos argumentan que la edad natural para que los seres humanos dejen de tomar el pecho podría ser incluso después de los dos años. Tomando en cuenta factores como la aparición de los dientes, el peso corporal y la comparación con otros primates, se podría decir que los bebés necesitan seguir tomando leche materna hasta los cuatro años. Aunque en estos días, más del 60 % de las madres en países desarrollados dan a sus bebés algún tipo de leche de fórmula antes de los seis meses.   Entonces ¿cuándo es el momento adecuado para iniciar el destete de mi bebé?  El destete es el proceso de dejar de alimentar a tu bebé con leche materna. Lo ideal es que el primer paso sea empezar a incluir en su dieta alimentos complementarios junto con la leche materna aproximadamente a los seis meses de edad y continuar con el proceso hasta que la leche materna se sustituya totalmente, y esto podría tomar meses.   De hecho, el proceso completo puede durar tanto tiempo como tú y tu bebé quieran. Es importante hacértelo saber, pues en esta etapa recibirás muchas opiniones y presión social. Lo que realmente debe importarte es lo que te haga sentir bien a ti y a tu bebé.   Ahora, sea cual sea el momento en el que decidas dejar de darle pecho a tu bebé debes saber como hacerlo.  Aquí te damos algunos consejos: Primero que nada lo mejor es hacerlo gradualmente, dejar de dar el pecho de forma repentina puede aumentar el riesgo de que sufras congestión, conductos bloqueados o mastitis, así como un cambio brusco en los sistemas digestivo e inmunitario de tu bebé. También puede resultar difícil para ambos en el plano emocional, por lo que puedes empezar quitando una toma al día y sustituyéndola por un biberón con leche de fórmula. Otra forma de lograrlo poco a poco es extrayendo la leche para tu bebé y dársela en biberón, de esta manera sigue consumiendo tu leche, pero estás contribuyendo al proceso de dejar de ser tú la única fuente de alimentación. Un excelente tip, es perdirle a tu esposo o cualquier familiar que te ayude a darle el biberón, mientras tú estás en otra habitación, ya que sorprendentemente los bebés pueden identificar el olor de la leche de su madre cuando está cerca. Puede que el bebé realice menos tomas de leche materna extraída y/o de fórmula que la que tomaba directamente del pecho, no le obligues a tomar más leche de la que quiera. Una vez que tu cuerpo se haya acostumbrado a este nuevo volumen, quita otra toma cada día. Repite este proceso hasta que dejes de dar el pecho y se complete el proceso de destete. Puedes utilizar diferentes métodos para desviar la atención del bebé acerca del cambio en su alimentación. Por ejemplo darle algún tentempié apto para ambos, para no sentir que se rompen lazos. También puedes sustituir la toma por caricias y abrazos, tanto tuyos como de tu pareja. Algunos niños necesitarán más tiempo que otros para acostumbrarse al cambio, pero al final todos los bebés y sus madres son capaces de lograr el proceso del destete. Si después de intentar todos estos consejos, tienes dificultades con el destete, recuerda que siempre puedes solicitar la ayuda de un profesional sanitario. Sea cual sea el momento y el método elegidos para dejar de dar el pecho, sé paciente y delicada contigo misma y con tu bebé. Se trata de un gran cambio físico, hormonal y emocional para ambos, así que hazlo con mucho amor y más cuidado. ¡Indispensables para una lactancia plena! Mientras más nos preparemos para la lactancia, más la podremos disfrutar.

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Lactancia & Menstruación

Lactancia & Menstruación

Sabemos que el cuerpo de la mujer se regula por un equilibrio hormonal. La hormona prolactina, (la que provoca la secreción inicial de la leche), es también la que se produce tras el parto e inhibe la ovulación, así como el descenso de estrógenos y progesterona. Además, la prolactina también inhibe la liberación de otras hormonas, como pueden ser las hormonas sexuales conocidas como progesterona y estrógenos. Por lo que, la sexualidad femenina en la lactancia puede verse afectada, lo más normal es que la menstruación no aparezca durante la lactancia, pero dependerá de cada cuerpo. La regla puede aparecer en una mujer que no ha lactado a las pocas semanas, mientras que en una que esté dando el pecho puede hacerlo después un largo tiempo. Todo dependerá del cuerpo y hormonas de cada mujer. Al igual que no hay riesgo para la salud materna con la amenorrea (ausencia del período), siempre y cuando tengas un chequeo constante con tu médico. Y recuerda que si lo que quieres es evitar un embarazo, es recomendable utilizar métodos anticonceptivos, tengas o no período menstrual.   Para muchas personas la lactancia materna se considera como anticonceptivo, siempre y cuando se cumpla con esto:   La lactancia materna es exclusiva (no dar agua o infusiones). El bebé no pasa más de 6 horas sin lactar por la noche y no más de 4 horas de día. El bebé tiene menos de seis meses. No utiliza chupón. No has tenido período menstrual desde que pasó el puerperio (período desde el final del parto hasta la aparición de la primera menstruación). *Siempre consulta con tu médico las mejores opciones anticonceptivas para ti.   Algunas personas dicen que mientras estás en tu regla la leche materna desaparece, pero eso es falso. Las hormonas que provocan el periodo no frenan la producción de leche. Lo que sí puede ocurrir es que la leche cambie un poco su sabor, pero no afecta en nada al bebé.   IMPORTANTE TOMAR EN CUENTA: No todas las hemorragias vaginales son menstruación, y es probable que los primeros sangrados sean anovulatorios (no hay expulsión del óvulo por parte de los ovarios). La intensidad de la lactancia y el tiempo posparto afecta la menstruación.     A medida que los estrógenos y la progesterona aumentan, también será normal la sensibilidad de los pezones. Esta molestia puede tenerse hasta el inicio de la menstruación, por eso es importante tener mayores cuidados y productos que se vuelvan tus aliados para que nos ayuden a controlar cualquier molestia. ¡Indispensables para una lactancia plena! Mientras más nos preparemos para la lactancia, más la podremos disfrutar.  

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