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¿Cómo mantener sano a tu bebé durante invierno?

¿Cómo mantener sano a tu bebé durante invierno?

. . El invierno puede ser una etapa preocupante para las mamás, sobretodo las nuevas mamás. Enfrentar el frío con un bebé a cuestas puede no ser exactamente algo para lo que se está naturalmente preparada, y a veces existe un miedo de no lidiar con eso correctamente. . El invierno ya esta muy cerca, pero ¡no te preocupes! Verás que al final y con estos consejos, realmente no será tan difícil. . . . . Esto es lo que necesitas saber para mantener a tu bebé calientito y sano este invierno: . . Capas, capas y más capas . El problema más obvio en el invierno es mantener el calor. Los bebés son mucho más sensibles al frío que nosotros y, por lo eso, debemos prestar mucha más atención a mantenerlos abrigados. Todo el mundo sabe que las capas son la clave para mantener el calor en invierno, ¡y eso también se aplica a los bebés! . La regla general es: Ponles una capa más de la que tienes tú. Si traes 3 capas (una blusa, un suéter y un abrigo), haz lo mismo con tu bebé, pero agrega otra capa en alguna parte. Quizás un mameluco debajo de todo. . Las capas ayudan a atrapar el calor, haciendo que las cosas sean mucho más acogedoras y cálidas durante esas frías salidas de invierno. Además, procura que tenga la menor cantidad de piel expuesta posible: el frio se siente mucho en los dedos de las manos y los pies, cúbrelas con guantes y calcetines. . . Lidiar con el aire seco . La mayoría de los papás olvidan comprar un humidificador en la "gran compra" antes de que llegue un bebé. . Como sabemos, el aire invernal es seco, y eso no solo lo hace incómodo y con comezón, sino que también significa que es más fácil contraer un virus y enfermarse. . Un humidificador es la forma de combatir esto, y es algo que todos los papás deberían saber. Consigue un humidificador de vapor frío, no un modelo de vapor caliente. La razón de esto es que los humidificadores de vapor caliente pueden estar calientes al tacto, y ese es un peligro obvio cuando hay un pequeño en la habitación. . . Los pies son clave . Seguro has escuchado que "los pies regulan la temperatura corporal" y es cierto, si tus pies están descubiertos y fríos, será imposible que entres en calor aunque uses una abrigo enorme. . Si quieres saber como se encuentra tu bebé y si esta bien abrigado, toca sus dedos de los pies y su pancita. Por la forma en que se sienten, podrás tener una buena idea de si tienen frío o calor. . Si sus dedos de los pies se sienten fríos, probablemente necesiten más ropa. Deben estar frescos, pero no fríos. Por el contrario, su pancita debe estar tibia. Si no es así, es probable que necesiten otra capa de ropa. . . El frío quema . Si notas que la cara de tu bebé se enrojece cuando está expuesto al frío, es algo común que suceda debido a la fricción del viento y la sequedad del ambiente. Esto se evita hidratando y humectándolo bien su piel, sobretodo la que esta constantemente expuesta, como sus mejillas y manos. . . El sol de invierno . ¡La protección solar es tan importante en invierno como en verano! Esto puede resultarle una sorpresa, pero es cierto. El sol es dañino sin importar en qué época del año sea, y las quemaduras solares pueden ocurrir incluso en temperaturas bajo cero. . Aplícale un buen protector solar seguro para bebés en las áreas que estarán expuestas al sol. Los niños que sufren cinco o más quemaduras solares aumentan sus posibilidades de desarrollar melanoma hasta en un 80%, por lo que esto no es nada para tomar a la ligera. . . La terrible gripa . Los resfriados son lo peor. Tener gripa siendo adulto es muy desagradable, imagina lo que un bebé pequeñito siente, entre la tos, los estornudos y los mocos, nadie la pasa bien. . Limpia la nariz de tu bebé con una perilla nasal, coloca el extremo en la nariz del bebé y el otro extremo redondo irá en tu mano, para poder apretar y extraer todos los moquitos. . También puedes usar gotas de solución salina para ayudar a aclararlos. Puedes encontrarlos en cualquier farmacia, y solo usa una o dos gotas en las fosas nasales, lo que ayuda a eliminar la mucosidad seca y les permite respirar mucho mejor. . Asegúrate de vigilar su temperatura para ver que realmente sea solo una "gripa estacional". Consigue un buen termómetro y revisa su temperatura con frecuencia. Si tiene fiebre, llévalo al médico de inmediato.

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Feliz dia, Mamita Linda

Feliz dia, Mamita Linda

  Feliz día a “Si lo busco yo, y lo encuentro, ¿Qué te hago?”,”Porque lo digo yo y punto”, “A mi no me importan los demás, me importas tú”, “¿A qué hora llegas y con quienes vas?” y mil frases más que muestran el amor y el cariño de esa persona que llamamos: mamá. A veces pareciera que las mamás toman un curso antes de dar a luz, todas dicen frases, todas son malas para la tecnología y todas darían lo que fuera por sus hijos. Por estos y muchos más motivos existe una fecha que, en muchos países se dedica a homenajear a las madres. Al menos a mi, me parece justo que tengan un día completo dedicado a ellas, cuando pasan toda su vida dando lo mejor de sí mismas por su hogar y familia.      Te contaremos un poco de cómo nació este día, en realidad no, no fue producto de la mercadotecnia para generar más ventas, fueron los hijos de alguien queriendo reconocer la gran labor de estas mujeres y su importancia en la sociedad.   En Estados Unidos, en el siglo XIX se hizo la primera sugerencia para la conmemoración y celebración de esta fecha, cuando la escritora Julia Ward Howe organizó un encuentro de madres dedicado a la paz. A partir de ahí, la lucha por honrar a las madres la tomó Anna Jarvis, a principios del siglo XX, creando un movimiento para instituir un día en que todos los niños pudiesen homenajear a sus madres.   En México, el Día de las Madres se celebra el 10 de Mayo, y aunque no en todo el mundo se festeja el mismo día, los hijos tratamos de regresar un poco de lo mucho que nos dan, con flores, regalos, cartas, comida y hasta bailes.   ¿Ya sabes que regalarles a las mamás de tu vida? ¡Nosotros te damos algunas ideas!   Para las nuevas mamás:   -Productos de belleza y cuidado personal para consentirse y descansar del alocado ritmo de la reciente maternidad.   -Ropa y accesorios para retomar su imagen con las tendencias actuales haciéndolas sentir seguras de nuevo.   -Aman esos regalos con mucha brillantina y resistol escurrido, ese baile, obra de teatro o canción que tanto ensayaste, donde muestras que eres el mejor artista.   Para mamás jóvenes:   -Experiencias y tiempo juntos, un picnic con su familia, un dia de spa o un fin de semana donde sean las protagonistas para seguir coleccionando momentos para recordar.   -Accesorios y perfumes, puede ser una bolsa o cartera, unos lentes de sol o unos aretes para que se sienta consentida y especial.   -Algo que alimente su hobby, si cocina, hace deporte o le gusta el arte, puedes darle algo relacionado que aún no tenga.   Para mamás experimentadas:   -Flores vivas, la belleza de un ramo dura poco, si regalas plantas vivas las cuidara tanto como a ti (por aquello del nido vacío jiji).   -Una joya personalizada, puede tener una fecha, una frase, tu nombre, el suyo o algo que al usarla le recuerde a ti.   -Dedicale un día, ve por un café, al cine, una copa de vino mientras platicas con ella y dale el tiempo que ya no pasan juntas por las actividades que conlleva ser adulto.   Son solo algunas ideas, pero tu la conoces mejor y sabes como hacerla feliz.     Pueden pasar los años y hablar con tu mamá o un abrazo de ella puede curarlo todo, nos da paz y tranquilidad, puede ser una mirada, una palabra, una caricia o hasta un platillo preparado con amor (pues según un estudio antropológico muchas mujeres adoptan el hábito de cocinar y servir como una forma para fortalecer los lazos afectivos con sus hijos y demostrar su amor como madres de familia).   Y es que nunca es solo nuestra mamá, aunque eso sería más que suficiente. Son nuestras abuelas y tías.  Es la mamá de nuestro amigo y vecino.  Es la prima mayor que siempre te cuidó. Estamos agradecidos y honramos a las mujeres que nos crían y protegen.   ¡Las celebramos hoy y siempre!

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¡Feliz vida nueva, mamá!

¡Feliz vida nueva, mamá!

La maternidad es una de las facetas más complejas, creo yo, de las mujeres. Pues más allá de tener un bebé y convertirnos en mamás vivimos una serie de transformaciones que nos cambian por completo en muchas cosas.  Hace poco publicamos en nuestras redes sociales una frase que quiero profundizar.    «Ellas también acaban de RE-nacer», ¡qué poderosa afirmación! Yo recuerdo que cuando fui mamá me encontré con un mundo totalmente diferente a lo que tenía en mente sobre tener bebés. En parte creo que se debe mucho a todos los temas tabú o que se hablan poco de este mundo de mamás, como la depresión postparto, el cansancio extremo, el miedo, el vacío, la responsabilidad que se siente de un día a otro. Porque en realidad durante el embarazo aunque sabemos que ya somos mamás me parece que no nos cae el veinte, no lo sentimos realmente sino hasta que tenemos a la criatura en brazos. ¡Ahí sí que se sienten todas las emociones al mismo tiempo!   Para mí, ser mamá es casi como una personalidad completamente nueva y diferente a la de antes. Sí marca un antes y después en la vida de una mujer. Y lo creo así porque en esta aventura atravesamos por muchas transformaciones que nos hacen cambiar, cada quien elige si para bien o para mal, pero el trabajo interno y personal que implica ser mamá está ahí para hacernos mejores mujeres.   Sería una desdicha si un poder tan fuerte como lo es el tener la capacidad de gestar vida y ser el único canal de llegada de esa nueva vida al mundo no nos dejara a nosotras la oportunidad de hacernos más fuertes, más valientes y más amorosas.   Pero ¿Cómo partir de todas las vivencias de la maternidad para ser mejores mujeres? Y no me refiero a que antes de ser mamás no seamos suficiente, es simplemente una forma de referirme al proceso de ir avanzando como seres humanos, al progreso de crecer como personas. Me encantaría aquí compartirte mi visión de esto. Yo creo que todas las situaciones, personas y experiencias están para enseñarnos algo pero el aprendizaje que guardan sólo lo podemos tener si decidimos, conscientemente, verlo. No se puede abrir una puerta si no se estira la mano para girar la manija.   Creo que ser mamá trae un gran regalo para nosotras (aparte de nuestro bebé, por supuesto) porque es un proceso cargado de cambios y aunque superficialmente no lo parezca, o no se sienta así, todos los cambios nos abren camino para ese trabajo interno que nos hace trascender y ser mejores personas en muchos aspectos. Por ejemplo, te voy a platicar de mi historia personal. Yo siempre, desde adolescente, he batallado mucho con el peso y con la idealización del cuerpo femenino. No seré la única, hemos crecido en un mundo que nos dice cómo «debemos» ser bombardeadas de imágenes de cuerpos que la mercadotecnia y la industria de la belleza y la moda llamarían como «perfectos» y obvio que encajar en esos moldes requiere un esfuerzo sobre humano para las mortales como yo. Dietas y ejercicio descontrolado es lo de menos. Los mayores fantasmas en el intento por tener ese cuerpo de revista son las pastillas, cirugías y métodos que ponen en riesgo nuestra vida.   Pero bueno, cuando fui mamá la verdad es que yo tuve la fortuna de vivir un embarazo espectacular. Lo disfruté muchísimo y tuve muy muy pocos achaques. Lo único fuerte fue el sueño. Subí muy poco de peso – 10.5 kilos – pero más allá de sentir presión por no subir tantos kilos, yo disfruté muchísimo mi pancita. Siento que estaba yo en un momento de ensueño, casi desconectada con el mundo y todas las presiones que nos pone a las embarazadas. Cuando nació mi hijo Julián, viví una de las experiencias más puras y hermosas que he tenido con mi cuerpo. Yo soy mamá de cesárea, pues tuve principios de preclamsia y la doctora decidió operarme de inmediato. Así que todo el proceso de recuperación y de sanar el cuerpo fue un gran aprendizaje para mí de ver la capacidad de mi cuerpo de renovarse. Recuerdo perfecto el momento de iluminación que me hizo sentir un amor profundo por mi cuerpo y no, no es nada parecido a la escena de una película en la que seguramente sería una situación bellísima y sublime jajaja porque en realidad, en la vida real, así es como pasan las cosas. Sin producción, sin maquillaje y cuando menos lo esperamos.   Había pasado ya un día de mi cesárea y ya había ingerido sólidos así que era momento de ir al baño. Ya había escuchado que la primera ida al baño era toda una experiencia cuando se tenía una cesárea pues el cuerpo se había adormecido de la parte baja y prácticamente no se podía tener control aún. Bueno, pues entré al baño y efectivamente tenía cero control de los músculos abdominales así que por más que pujaba no podía. Y la cosa es que sí tenía ganas de ir al baño! entonces no era como que me podía salir y ya. Decidí esperar. Y esperé unos cuarenta minutos sentada en el baño jajaja hasta que empecé a sentir lo sabio del cuerpo. Mi vientre/abdomen empezó solito, literal, a contraerse para pujar. Yo seguía sin control alguno. Era como si mi cuerpo tuviera vida propia y se estuviera encargando de lo que tenía que hacer. Puede que leerlo no tenga el mismo impacto pero la verdad es que vivirlo es algo impresionante, más allá de la situación en la que estaba me refiero al sentir tu cuerpo actuar como un ente más. Aparte de ti. Con vida propia. Y más allá de eso, que además vive sólo para ti. Para darte lo que necesitas, llevarte a donde quieres, darte las experiencias que deseas. ESO es lo que ese momento me transmitió. Y ese día sentí un amor y respeto tan profundo por mi cuerpo que recuerdo decir «Nunca más haré una dieta extrema o algo que dañe a este cuerpo que trabaja y está para mí».   Ese, para mí es una experiencia de amor propio que sólo la maternidad nos puede dar gracias a los cambios y transformaciones tan potentes por los que atravesamos cuando nos convertimos en mamás. Mi consejo es que nos separemos de todas las ideas impuestas que nos hacen alejarnos de la parte consciente de cada experiencia. Es muy fácil seguir la línea que nos han dibujado de en el embarazo preocuparnos porque ya estamos subiendo mucho de peso, las piernas nos están engordando, las pompas ya tienen celulitis y la panza ¡que infarto si nos salen estrías!, en la lactancia que horror cómo nos van a quedar los senos, las estrías, el cambio en color y forma de pezones… y en postparto la urgencia por perder kilos, por volver a entrar en nuestros jeans, por borrar cicatriz y estrías, por la piel que perdió elasticidad y firmeza. Todo esto es vivir en lo superficial y ciegamente.   Elijamos la parte consciente, el amar nuestro cuerpo que crece pues igual crecen nuestras razones de existir con un nuevo bebé, de amar y aprender de nutrir a nuestro hijo/a, y de ser testigos de la recuperación de nuestro cuerpo después de ser hogar para un nuevo ser.   Así que ¡Feliz vida nueva, mamá! Toma tú tiempo para reconocer tu nuevo cuerpo, tus nuevas emociones, tu nueva forma de amar. Aprovecha para hacer las paces con tu yo de antes, con tu experiencia corporal. Abraza a esta mujer más valiente que ves al espejo todos los días y no te olvides de ti. Sobretodo eso, no te olvides de ti.

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