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Pelvis femenina
Hoy quiero hablarte de una de las partes con más magia del cuerpo de la mujer y la importancia de conocer su anatomía y todo lo que es capaz de hacer por nosotras y nuestros bebés. La pelvis en el estado normal del cuerpo tiene como única finalidad proteger al útero, a la vejiga y a la uretra. Está formada por dos huesos grandes unidos por cartílagos y ligamentos y esta ubicada en la parte inferior de nuestra espalda y en la zona frontal del pubis. Durante esta etapa la pelvis cumple una misión muy importante, ya que es la encargada de contener al bebé durante los 9 meses y tiene un papel clave en el parto para hacer posible este hermoso momento. Cuando pienses ¿cómo va a salir mi bebé? La respuesta es gracias a la pelvis. Una vez que entras a la recta final del embarazo, una hormona llamada relaxina ayudará a suavizar y relajar estos ligamentos, haciendo que la pelvis sea más elástica, lo que le permitirá que tu bebé pase por ahí. Otro factor indispensable en este proceso es el suelo pélvico, que está formado por varios tejidos blanditos como en forma de una “hamaca” en las paredes de la pelvis. Durante el parto estos músculos del suelo pélvico son lo que guían a tu bebé a través del canal para ayudarlos a nacer. Justo este proceso es el que suele ocasionar la debilidad en el suelo pélvico de la que seguro a escuchaste hablar. Por esta razón, es recomendable que aprendamos a hacer ejercicios para poder fortalecerlo a lo largo de nuestra vida, especialmente durante y después del embarazo. Te comparto los ejercicios que a mi mejor me han funcionado, recomendados incluso por doctores; los ejercicios de Kegel. Estos nos sirven principalmente el área de los músculos del piso pélvico para fortalecerlos, después de que son los que cargan todo el peso de tu bebé y del líquido amniótico además del esfuerzo del trabajo de parto, para evitar que otras funciones de estos músculos se vean afectadas. Se dice que fueron creados por el Dr. Kegel para curar o ayudar a pacientes con incontinencia, pero luego se descubrió que también podrían resolver problemas de desempeño sexual, por su aporte al fortalecimiento pélvico. Gracias a este descubrimiento, los ejercicios de kegel hoy son parte de la rutina de cuidados para la mujer en el embarazo y la recuperación postparto. Te enseño la técnica más básica: Ponte en una posición cómoda con la columna alineada y el cuerpo relajado. Puede ser acostada, de pie o sentada. Contrae los músculos del piso pélvico. Para saber cómo hacerlo puedes imaginar que contienes la orina y la liberas. No lo hagas demasiado tiempo porque puedes deteriorar más el piso pélvico. Repite la contracción de los músculos por unos 10 minutos, una vez al día. Espero que conocer mejor la anatomía de tu pelvis así como su función y como fortalecerla, sea de gran ayuda para la etapa en la que te encuentres.
Aprende másHablemos de diástasis
Estoy segura que ya escuchaste hablar acerca de la diástasis abdominal como consecuencia de los cambios físicos que se producen, con el crecimiento del bebé, dentro de tu útero durante el embarazo. Me parece importante mencionarte que son realmente pocos los casos en los que la diástasis se soluciona de manera natural después del parto, y a pesar de esto, muchas de nosotras no sabemos que hacer para evitar las secuelas tanto estéticas como físicas de esta lesión. Por eso he creado este blog, en el que te explico como tratar la diástasis abdominal con productos, ejercicios y uno que otro tip. Empecemos por entender que la diástasis abdominal es una separación en el centro del abdomen y se debe a un daño en el tejido que los une. Es muy común especialmente en el mundo del postparto, aunque no quiere decir que sea exclusiva de esta etapa, ni que el postparto sea la única causa. Los rectos abdominales que son los que se ven afectados con la diástasis, son comúnmente conocidos como “six pack” y entre ellos existe un tejido que es quién los mantiene unidos. Durante el embarazo este tejido conectivo puede verse afectado en cuanto a su estructura y función cuando se estira en exceso el abdomen. Y aunque todos podemos llegar a tener esta condición en nuestros músculos abdominales, el 66% de los casos es de mujeres embarazadas. Para entender mejor como se ve un abdomen con diástisis, te explicaremos en palabras simples: Si al levantarte se ve un hueco en la parte central del abdomen o cerca del ombligo se bota tu pancita al hacer esfuerzo, entonces hay que trabajar ese tejido. La mayoría de las mujeres detectan este “problema”, sin saber que es diástisis, sino que creen que simplemente es su vientre flácido, con estrías o más volumen del que tenían antes del embarazo, pero es importante hacer conciencia de que no sólo se trata de un problema estético, sino también de un problema funcional que puede dar lugar a otras consecuencias, por eso es importante tratarlo. Los principales síntomas son: ·Flacidez y abombamiento del abdomen. ·Bultos en la zona central del abdomen al realizar esfuerzos. ·Dolor lumbar o pélvico. ·Malas posturas. ·Problemas digestivos: mala digestión, gases, estreñimiento. ·Dolor abdominal. ·Disfunciones de suelo pélvico. El abdomen es fundamental para mantener una buena postura. Si la zona abdominal está débil, lo notarás directamente en tu postura, pues no tienes fuerza para sujetar de manera correcta, lo que traerá como consecuencia dolores de espalda. Por otra parte el sistema digestivo también se puede ver afectado, debido al desplazamiento interno que sufres durante el embarazo, lo que te puede provocar mala digestión, gases o estreñimiento por el difícil tránsito intestinal. Cómo te platiqué la diástasis abdominal no sólo es un problema estético sino que puede provocar bastantes secuelas funcionales importantes. Por lo que la recomendación principal es, una vez que has dado a luz, si todo el proceso fue óptimo, preguntarle a tu doctor en que momento puedes retomar tus actividades físicas. Si presentas diástasis abdominal, debes cuidar mucho el tipo de ejercicio que harás, pues ciertos movimientos, productos o disciplinas podrían llegar a ser contraproducentes y/o agravar tu lesión. Los abdominales hipopresivos son el ejercicio más recomendado en caso de diástasis abdominal y problemas de suelo pélvico. Como siempre, mi recomendación es consultar a tu doctor antes de decidir cualquier actividad, producto o tratamiento. Y una vez que decidas empezar, se constante, paciente y amorosa con tu cuerpo.
Aprende másHablemos del dolor en los pezones durante la lactancia
Hablemos del dolor en los pezones durante la etapa de la lactancia, para empezar debes saber que no te hace ni la peor mamá del mundo, ni la única mujer en la historia que se habrá quejado de esta molestia mientras alimenta a su bebé. Debemos saber separar los temas, el hecho de sentir alguna molestia mientras amamantas no quiere decir que no ames a tu bebé o que estes siendo mala madre en la ejecución de esta etapa, quiere decir que eres una mujer de carne y hueso que a pesar del amor que le tienes a tu bebé, tu cuerpo puede mostrar dolor por ciertas actividades. Normalicemos que lo expreses cuando lo sientas y veamos que puedes hacer al respecto. El dolor de pezones es frecuente durante la lactancia. Pero la lactancia en sí, no debería causarte dolor. Es decir la piel de tu pezón no debe agrietarse más de lo que debería hacerlo la piel de cualquier otra parte del cuerpo. Si pudiera decirte hasta que nivel es “normal” el dolor, te diría que este debe ser leve y también seguramente aumentará la sensibilidad en las primeras dos semanas de la lactancia, pero luego, debería desaparecer. En mi experiencia te diré que descubrí que cuando mi bebé se “pegaba” a mi pecho y succionaba de una forma incorrecta, era cuando me causaba más molestia, e inlcuso mis pezones o las areolas se sientían como si tuviera un moretón, se enrojecian hasta parecer carne viva, con ampollas o grietas. Consultando a mi doctor, me explicó que si hay enrojecimiento, ardor o mucha hinchazón en los pezones luego de semanas o meses de estar amamantando sin dolor, es posible que se deba a una reacción alérgica o un tipo de infección, causada por hongos, llamada candidiasis. Si detectas este tipo de reacción, necesitarás consultar a tu médico para iniciar tu tratamiento. Algunas otras causas podrían ser: Una postura inadecuada. Problemas para prenderse. Salida de la leche deficiente. Pezones invertidos. Retirar la boca del bebé del pecho sin deshacer antes la succión. Te comparto algunas recomendaciones para disminuir esta molestia. Mantén tus pezones hidratados con los productos adecuados para esta zona. Usar S.O.S Pezones te ayudará sin afectar tu procesos de lactancia. Usa un sostén y ropa con tela amigable con la zona y de ser necesario que sea holgada para evitar el roce o la presión. Si usas máquina saca leche es importante que la mantegas limpia y seca para evitar posibles infecciones. Deja que se le seque algo de leche en los pezones. La leche materna contiene suavizantes naturales para la piel y anticuerpos para combatir infecciones. Permite que tus pezones se sequen al aire después de cada toma. Humedecer tu pezón ayuda a despegar la ropa que se haya adherido. Puedes intentar colocarte protectores mamarios dentro de tu brassiere para impedir el contacto entre la ropa y los pezones. Trata de cambiar de posición cada vez que amamantas para no saturar un solo lado de esta actividad. Es importante que tomes en cuenta que esta zona será una de las más sensibles durante la etapa de lactancia, por lo que, los cuidados, productos y hábitos debe ser una decisión que tomes de la mano de tu doctor. Por eso la recomendación que siempre te hacemos es que consultes a tu médico y que conozcas los ingredientes de los productos que decidas usar.
Aprende másHipopresivos postparto
Los ejercicios hipopresivos son aquellos ejercicios que elevan el útero y tonifican el suelo pélvico. Como seguramente ya te han explicado, el cuerpo después del embarazo nunca vuelve a ser el mismo tras dar a luz. Y más que por el lado meramente estético de la silueta, debemos enfocar nuestra atención en lo interno, para así como consecuencia, favorecer a nuestro exterior. El método de gimnasia hipopresiva, surgió en los años 80 y fue creado por Marcel Caufriez, doctor en Kinesoterapia. La gimnasia hipopresiva consiste en realizar grupos de ejercicios en los que a partir del control de la respiración y el diafragma se logran elevar vísceras como útero, vejiga e intestinos además de mejorar el tono de suelo pélvico después del parto. La gimnasia hipopresiva es una las mejores técnicas para tonificar el suelo pélvico. Lo primordial es que aprendas a elevar el ombligo hacia arriba desde el diafragma con una respiración especial, para producir una tonificación del suelo pélvico y de la cincha abdominal y deben ejecutarse en una postura estática. Esta gimnasia, además de corregir la postura (con el embarazo se produce hiperlordosis, por el aumento de la curva lumbar), te ayuda a colocar la columna sin ejercer mucha presión abdominal, a trabajar los brazos y reducir la tensión del abdomen bajo. Muchas veces el vientre caído se debe a problemas posturales: hombros caídos, tendencia a sacar la pancita, cabeza adelantada o pies y rodillas en mala posición. Con este tipo de gimnasia podrás corregir todo esto y tu cuerpo empezará a cambiar en automático. La gimnasia hipopresiva se debe hacer bajo supervisión de un profesional, para guiarte hacia el fortalecimiento de las fibras musculares y así devolver la faja abdominal su función para contener correctamente los órganos y víceras. ¿Cuándo empezar? Tranquila, no hay prisa. Es importante primero tener la aprobación y el visto bueno de tu médico, para iniciar con alguna actividad física o ejercicio moderado, después de la cuarentena. Sin embargo, es crucial iniciar en los primeros meses postparto, para evitar y prevenir posibles patologías como prolapsos, diástasis o disfunciones del suelo pélvico. Recuerda que cada cuerpo tiene características individuales y únicas, por lo que es conveniente conocerlas para atender a tus necesidades específicas.
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